¿Qué enseña Mateo 19:26 sobre el poder de Dios?

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Mateo 19:26 es un versículo profundo que captura la esencia de la omnipotencia de Dios y las limitaciones de la capacidad humana. El versículo dice: "Pero Jesús los miró y les dijo: 'Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible.'" Esta declaración de Jesús se da en un contexto que subraya la disparidad entre el esfuerzo humano y la intervención divina, y ofrece ricas ideas teológicas sobre la naturaleza del poder de Dios.

Para apreciar plenamente lo que Mateo 19:26 enseña sobre el poder de Dios, es crucial entender el contexto en el que Jesús hizo esta declaración. El versículo es parte de una narrativa más amplia que involucra a un joven rico que se acercó a Jesús, preguntando qué debía hacer para obtener la vida eterna. Jesús le instruyó que guardara los mandamientos, y el joven afirmó que lo había hecho. Jesús entonces lo desafió a vender sus posesiones, dar a los pobres y seguirlo. El joven se fue triste porque tenía muchas riquezas. Jesús entonces comentó a sus discípulos que es difícil para un hombre rico entrar en el reino de los cielos, comparándolo con un camello pasando por el ojo de una aguja. Los discípulos, asombrados, preguntaron: "¿Quién, entonces, puede ser salvo?" La respuesta de Jesús está encapsulada en Mateo 19:26, destacando la naturaleza omnipotente de Dios.

En primer lugar, Mateo 19:26 enseña que las limitaciones humanas son evidentes cuando se contrastan con las posibilidades divinas. La historia del joven rico ilustra que los esfuerzos humanos, por muy sinceros o bien intencionados que sean, no logran alcanzar la vida eterna. La riqueza, el estatus y la rectitud moral no pueden asegurar la salvación. La declaración de Jesús de que es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un hombre rico entrar en el cielo sirve como una ilustración hiperbólica de esta imposibilidad. En este contexto, "Para los hombres esto es imposible" subraya la futilidad de depender únicamente de las habilidades y recursos humanos.

Sin embargo, la segunda parte del versículo, "pero para Dios todo es posible," cambia el enfoque de la insuficiencia humana a la omnipotencia divina. Esta declaración no es meramente una proposición teológica abstracta, sino una verdad fundamental sobre la naturaleza de Dios. El poder de Dios es ilimitado y trasciende la comprensión y capacidades humanas. Este es un tema recurrente a lo largo de la Biblia. En Génesis 18:14, Dios pregunta a Abraham, "¿Hay algo demasiado difícil para el SEÑOR?" cuando Sara se rió de la promesa de tener un hijo en su vejez. De manera similar, en Jeremías 32:17, el profeta exclama, "¡Ah, SEÑOR soberano! Tú has hecho los cielos y la tierra con tu gran poder y tu brazo extendido. Nada es demasiado difícil para ti."

Teológicamente, Mateo 19:26 afirma la doctrina de la omnipotencia divina, que es la creencia de que Dios es todopoderoso y capaz de hacer cualquier cosa que sea consistente con su naturaleza y voluntad. Esta doctrina es central para la fe cristiana porque asegura a los creyentes que el poder de Dios es suficiente para cumplir sus propósitos, incluida la salvación de la humanidad. La imposibilidad de la auto-salvación destaca la necesidad de la gracia divina. Efesios 2:8-9 dice, "Porque por gracia habéis sido salvados, mediante la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe." La salvación es un don divino que el esfuerzo humano no puede lograr, pero que es posible a través del poder y la gracia de Dios.

Además, Mateo 19:26 habla del poder transformador de Dios en la vida de los creyentes. Cuando Jesús dice, "para Dios todo es posible," implica que el poder de Dios no es solo teórico, sino también práctico y experiencial. Este poder está en acción en la vida de aquellos que creen, permitiéndoles superar obstáculos, soportar pruebas y experimentar crecimiento espiritual. Filipenses 4:13 refleja este sentimiento: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece." El apóstol Pablo atribuye su capacidad para soportar todas las circunstancias a la presencia fortalecedora de Cristo.

Además de la transformación personal, el poder de Dios descrito en Mateo 19:26 se extiende a la misión más amplia de la Iglesia. La Gran Comisión en Mateo 28:18-20 comienza con Jesús afirmando su autoridad: "Toda autoridad en el cielo y en la tierra me ha sido dada. Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones..." Esta misión, humanamente hablando, parece desalentadora e imposible. Sin embargo, es el mismo poder divino que hace posible todas las cosas el que capacita a los creyentes para cumplir esta misión. El libro de los Hechos está lleno de ejemplos donde la Iglesia primitiva, a pesar de enfrentar severas persecuciones y desafíos aparentemente insuperables, fue testigo de un crecimiento milagroso y difundió el evangelio por todas partes, todo a través del poder del Espíritu Santo.

Además, Mateo 19:26 ofrece consuelo y esperanza a los creyentes. La vida a menudo presenta situaciones que parecen imposibles de superar, ya sean luchas personales, conflictos relacionales, problemas de salud o injusticias sociales. Este versículo nos asegura que el poder de Dios no está limitado por nuestras circunstancias. En Romanos 8:28, Pablo escribe, "Y sabemos que en todas las cosas Dios trabaja para el bien de aquellos que lo aman, que han sido llamados según su propósito." Incluso frente a la adversidad, los creyentes pueden confiar en que la mano omnipotente de Dios está en acción, orquestando eventos de acuerdo con su perfecta voluntad.

El versículo también desafía a los creyentes a vivir vidas de fe y dependencia de Dios. Reconocer que "para Dios todo es posible" fomenta una postura de humildad y confianza. Nos llama a renunciar a la autosuficiencia y a poner nuestra confianza en el poder de Dios. Hebreos 11, a menudo referido como el "capítulo de la fe," relata las historias de hombres y mujeres que lograron hazañas extraordinarias no por su propia fuerza, sino por la fe en las promesas y el poder de Dios. Desde Abraham y Sara hasta Moisés y Rahab, sus vidas ejemplifican lo que es posible cuando uno confía en la omnipotencia de Dios.

En conclusión, Mateo 19:26 es un poderoso recordatorio del poder ilimitado de Dios y las limitaciones del esfuerzo humano. Enseña que, aunque ciertas cosas son imposibles para los humanos, nada es imposible para Dios. Esta verdad es fundamental para la fe cristiana, enfatizando la necesidad de la gracia divina para la salvación, el poder transformador de Dios en la vida de los creyentes y la esperanza y el consuelo que provienen de confiar en la omnipotencia de Dios. Desafía a los creyentes a vivir por fe, confiando no en sus propias habilidades, sino en el poder ilimitado de Dios.

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