Los Evangelios Sinópticos—Mateo, Marcos y Lucas—son tres de los cuatro evangelios canónicos del Nuevo Testamento que proporcionan una narrativa similar de la vida, ministerio, muerte y resurrección de Jesucristo. El término "sinóptico" proviene de la palabra griega "sinopsis," que significa "una visión conjunta" o "una vista común." Este término describe acertadamente estos tres evangelios porque comparten una cantidad significativa de contenido, estructura y redacción. Pueden colocarse uno al lado del otro y "verse juntos" para un estudio comparativo, revelando un alto grado de similitud en sus relatos. Esto contrasta con el Evangelio de Juan, que presenta una narrativa y perspectiva teológica distintas.
Los Evangelios Sinópticos a menudo se estudian juntos porque exhiben paralelismos notables. Los estudiosos se refieren a las preguntas que rodean estas similitudes y diferencias como el "Problema Sinóptico." Este problema busca entender la relación literaria entre los tres evangelios. ¿Cómo llegaron estos textos a ser tan similares y qué fuentes utilizaron los autores?
Una teoría ampliamente aceptada es la Hipótesis de las Dos Fuentes. Según esta teoría, Marcos fue el primer evangelio escrito, y tanto Mateo como Lucas usaron a Marcos como fuente. Además de Marcos, Mateo y Lucas también se basaron en una fuente hipotética conocida como "Q" (de la palabra alemana "Quelle," que significa "fuente"), que contenía dichos de Jesús. Esta teoría ayuda a explicar por qué Mateo y Lucas comparten material que no se encuentra en Marcos. Sin embargo, vale la pena señalar que la existencia de Q es hipotética y no ha sido universalmente aceptada.
El Evangelio de Mateo se atribuye tradicionalmente a Mateo, un recaudador de impuestos y uno de los doce apóstoles de Jesús. El evangelio de Mateo está particularmente preocupado por presentar a Jesús como el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento, haciéndolo especialmente relevante para una audiencia judía. Comienza con una genealogía que traza el linaje de Jesús hasta Abraham, enfatizando su herencia judía y su papel como el Mesías prometido.
El evangelio de Mateo incluye varios elementos únicos, como el Sermón del Monte (Mateo 5-7), que contiene algunas de las enseñanzas más profundas de Jesús, incluidas las Bienaventuranzas. Mateo también enfatiza el Reino de los Cielos, un término que usa con frecuencia, reflejando la sensibilidad de su audiencia judía al nombre de Dios.
El Evangelio de Marcos generalmente se considera el más antiguo de los Evangelios Sinópticos, probablemente escrito alrededor del año 70 d.C. Se atribuye tradicionalmente a Juan Marcos, un compañero del apóstol Pedro, y se cree que refleja los relatos de testigos oculares de Pedro. El evangelio de Marcos es el más corto y lleno de acción de los tres, a menudo usando el término "inmediatamente" para transmitir un sentido de urgencia en el ministerio de Jesús.
La narrativa de Marcos se centra más en los hechos de Jesús que en sus enseñanzas, retratándolo como un siervo poderoso pero sufriente. Uno de los temas clave en Marcos es el "Secreto Mesiánico," donde Jesús frecuentemente instruye a aquellos a quienes sana o a sus discípulos a mantener en secreto su identidad como el Mesías (Marcos 8:29-30). Este tema resalta la paradoja de un Mesías sufriente, que era un concepto desafiante para los judíos del primer siglo.
El Evangelio de Lucas se atribuye a Lucas, un médico y compañero del apóstol Pablo. El evangelio de Lucas es único en su énfasis en la universalidad del mensaje de Jesús, retratándolo como el Salvador de todas las personas, no solo de los judíos. La narrativa de Lucas incluye relatos detallados del nacimiento y la vida temprana de Jesús, como la Anunciación a María (Lucas 1:26-38) y la Natividad (Lucas 2:1-20).
Lucas también enfatiza la compasión de Jesús por los marginados, incluidas las mujeres, los pobres y los gentiles. Parábolas únicas de Lucas, como el Buen Samaritano (Lucas 10:25-37) y el Hijo Pródigo (Lucas 15:11-32), reflejan este mensaje inclusivo. Además, el evangelio de Lucas contiene una secuela, el Libro de los Hechos, que continúa la historia de la iglesia cristiana primitiva y la expansión del evangelio.
El término "sinóptico" se usa porque Mateo, Marcos y Lucas pueden verse juntos de una manera que revela sus similitudes y diferencias. Esta vista sinóptica permite a los estudiosos y lectores comparar los evangelios uno al lado del otro, examinando cómo cada autor presenta la vida y las enseñanzas de Jesús. Las similitudes entre los Evangelios Sinópticos a menudo se explican por la teoría de la dependencia literaria, donde los autores usaron fuentes comunes o se tomaron prestados entre sí.
Por ejemplo, la alimentación de los 5,000 es un milagro registrado en los tres Evangelios Sinópticos (Mateo 14:13-21, Marcos 6:30-44, Lucas 9:10-17). Mientras que la historia central sigue siendo la misma, cada evangelio incluye detalles y énfasis únicos. El relato de Marcos es el más conciso, mientras que Mateo agrega que Jesús tuvo compasión de la multitud y sanó a sus enfermos (Mateo 14:14). Lucas, por otro lado, menciona que Jesús dio la bienvenida a la multitud y les habló sobre el Reino de Dios (Lucas 9:11).
Los Evangelios Sinópticos ofrecen un rico tapiz de perspectivas sobre la vida de Jesús, cada uno contribuyendo a una comprensión más completa de su identidad y misión. Mateo presenta a Jesús como el cumplimiento de la profecía judía, Marcos enfatiza su papel como el siervo sufriente y Lucas destaca su compasión y mensaje universal. Juntos, proporcionan un retrato multifacético de Jesús que enriquece nuestra fe y profundiza nuestra comprensión del evangelio.
Las similitudes y diferencias entre los Evangelios Sinópticos también nos recuerdan las diversas formas en que la comunidad cristiana primitiva entendió y proclamó las buenas nuevas de Jesucristo. Cada evangelio refleja el contexto y las preocupaciones únicas de su audiencia, demostrando la adaptabilidad y relevancia del mensaje del evangelio a través de diferentes culturas y tiempos.
En resumen, los Evangelios Sinópticos—Mateo, Marcos y Lucas—se llaman "sinópticos" porque pueden verse juntos, revelando sus similitudes y diferencias. Estos evangelios comparten un marco narrativo común y muchas de las mismas historias, pero cada uno presenta una perspectiva única sobre la vida y las enseñanzas de Jesús. Al estudiar los Evangelios Sinópticos juntos, obtenemos una comprensión más rica y matizada de quién es Jesús y qué vino a lograr. Al leer y reflexionar sobre estos textos sagrados, se nos invita a encontrar a Jesús de nuevo y a ser transformados por su mensaje vivificante.