Mateo 5:39 es un versículo que ha intrigado, desafiado e inspirado a los cristianos durante siglos. Dice: "Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra" (NVI). Este versículo es parte del Sermón del Monte de Jesús, una colección de enseñanzas que encapsulan la visión ética y moral del Reino de Dios. Para entender la profundidad y las implicaciones de este versículo, es crucial explorar su contexto, su significado teológico y su aplicación práctica en la vida de un creyente.
El Sermón del Monte, que se encuentra en los capítulos 5 al 7 de Mateo, es uno de los discursos más significativos del Nuevo Testamento. Jesús aborda una amplia gama de cuestiones morales y éticas, introduciendo una forma radical de vivir que a menudo contrarresta la sabiduría convencional y las normas sociales. Mateo 5:39 se encuentra dentro de una sección donde Jesús discute el principio de la no retaliación y el amor por los enemigos.
Antes del versículo 39, Jesús comienza diciendo: "Habéis oído que se dijo: 'Ojo por ojo, y diente por diente'" (Mateo 5:38, NVI). Esta frase se refiere a la ley del Antiguo Testamento de la retaliación, conocida como "lex talionis", que se encuentra en Éxodo 21:24, Levítico 24:20 y Deuteronomio 19:21. Esta ley tenía la intención de limitar la venganza y asegurar que el castigo fuera proporcional al crimen. Sin embargo, Jesús introduce una nueva ética que trasciende la antigua ley. En lugar de buscar retribución, Jesús llama a sus seguidores a un estándar más alto de amor y perdón.
El mandato de "volver la otra mejilla" es un llamado radical a la no violencia y al perdón. Es una expresión profunda del Reino de Dios, donde el amor triunfa sobre el odio y la gracia supera al juicio. Esta enseñanza se alinea con otras partes del Nuevo Testamento que enfatizan el amor y el perdón. Por ejemplo, Pablo escribe en Romanos 12:17-21: "No paguéis a nadie mal por mal... No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal" (NVI).
La enseñanza de Jesús en Mateo 5:39 no es meramente un llamado a la sumisión pasiva, sino una demostración activa del poder transformador del amor. Al volver la otra mejilla, el creyente se niega a perpetuar el ciclo de la violencia y en su lugar ofrece un testimonio poderoso de la gracia y la misericordia de Dios. Este acto de no retaliación refleja el carácter del mismo Jesús, quien, cuando fue injuriado, no respondió con injurias (1 Pedro 2:23).
La aplicación práctica de Mateo 5:39 puede ser desafiante, especialmente en un mundo que a menudo valora la fuerza y la retribución. Sin embargo, el llamado a volver la otra mejilla no es una aprobación de la pasividad o la debilidad, sino una postura valiente por los principios del Reino de Dios.
En las relaciones personales, volver la otra mejilla significa responder a las ofensas con gracia y perdón. Implica dejar de lado el deseo de venganza y en su lugar buscar la reconciliación y la paz. Esto no significa ignorar la injusticia o permitir que uno sea abusado. La enseñanza de Jesús no es un llamado a ser un felpudo, sino a responder de una manera que refleje el amor y la misericordia de Dios.
Por ejemplo, si alguien te insulta o te hace daño, en lugar de responder con palabras o acciones duras, puedes elegir responder con amabilidad y comprensión. Este enfoque puede desarmar al ofensor y abrir la puerta a una reconciliación genuina. Proverbios 15:1 dice: "La respuesta amable calma el enojo, pero la palabra áspera aumenta la ira" (NVI). Al responder con gentileza, reflejas el corazón de Cristo y potencialmente transformas una situación hostil en una oportunidad para la gracia.
En el contexto más amplio de la justicia social, volver la otra mejilla puede verse como una forma de resistencia no violenta. Figuras como Martin Luther King Jr. y Mahatma Gandhi se inspiraron en las enseñanzas de Jesús para abogar por el cambio social a través de medios pacíficos. Demostraron que la no violencia es una herramienta poderosa para confrontar la injusticia y promover la dignidad humana.
Para los cristianos comprometidos con la justicia social, volver la otra mejilla significa oponerse a la opresión y la injusticia sin recurrir a la violencia. Implica abogar por los marginados y oprimidos mientras se mantiene un espíritu de amor y perdón. Este enfoque puede llevar a un cambio transformador en la sociedad, reflejando los valores del Reino de Dios.
A nivel personal, volver la otra mejilla es una disciplina espiritual que fomenta la humildad y la dependencia de Dios. Requiere una profunda confianza en la justicia de Dios y una disposición a rendir el propio deseo de control y venganza. Al elegir perdonar y amar frente a la injusticia, los creyentes crecen en su semejanza a Cristo y experimentan el poder transformador del Espíritu Santo.
El llamado de Jesús a volver la otra mejilla desafía a los creyentes a examinar sus propios corazones y motivaciones. Les invita a reflexionar sobre cómo responden al conflicto y la adversidad. ¿Son rápidos para retaliar, o buscan encarnar el amor y la gracia de Cristo? Esta introspección puede llevar a una mayor madurez espiritual y a una comprensión más profunda de lo que significa seguir a Jesús.
Entender el contexto histórico y cultural de la época de Jesús también puede arrojar luz sobre el significado de Mateo 5:39. En el contexto judío del primer siglo, una bofetada en la mejilla derecha era más que un ataque físico; era un insulto profundo. Dado que la mayoría de las personas son diestras, una bofetada en la mejilla derecha sería típicamente una bofetada con el dorso de la mano, lo cual se consideraba un gesto despectivo y despreciativo.
Al instruir a sus seguidores a volver la otra mejilla, Jesús no solo estaba abogando por la no retaliación, sino también desafiando las normas sociales de honor y vergüenza. Estaba llamando a sus seguidores a elevarse por encima de las expectativas culturales de venganza y en su lugar demostrar el amor y la humildad radical del Reino de Dios.
En última instancia, el ejemplo más convincente de volver la otra mejilla se encuentra en el mismo Jesús. A lo largo de su vida y ministerio, Jesús demostró consistentemente los principios que enseñó. Cuando fue arrestado y juzgado, no retalió contra sus acusadores. En su lugar, soportó el sufrimiento voluntariamente e incluso perdonó a quienes lo crucificaron, diciendo: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Lucas 23:34, NVI).
La disposición de Jesús a sufrir y perdonar es la expresión última de volver la otra mejilla. Revela el corazón de Dios y la profundidad de su amor por la humanidad. Como seguidores de Cristo, los creyentes están llamados a emular su ejemplo, confiando en que la gracia de Dios es suficiente para capacitarlos a vivir esta ética radical de amor y perdón.
Mateo 5:39 es un versículo profundo y desafiante que llama a los creyentes a una forma radical de vivir. Les invita a trascender la inclinación natural a la venganza y en su lugar encarnar el amor y la gracia transformadora del Reino de Dios. Al volver la otra mejilla, los creyentes participan en la obra redentora de Cristo, demostrando el poder del perdón y la esperanza de la reconciliación.
Esta enseñanza no es fácil y requiere una profunda dependencia del Espíritu Santo. Desafía a los creyentes a confiar en la justicia de Dios y a buscar su fuerza para responder a las ofensas con gracia y humildad. Al hacerlo, dan testimonio de la realidad del Reino de Dios y reflejan el corazón de Jesús a un mundo que los observa.
En un mundo a menudo marcado por la violencia y la retribución, el llamado a volver la otra mejilla es un recordatorio poderoso del amor y el perdón radical que Jesús ofrece. Es una invitación a vivir los valores del Reino de Dios y a ser agentes de su paz y reconciliación en un mundo roto y doliente.