¿Qué quiso decir Jesús al decirle a sus discípulos que vendieran su capa y compraran una espada en Lucas 22:36?

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En Lucas 22:36, Jesús les dice a sus discípulos: "Pero ahora, el que tenga una bolsa de dinero, tómela, y también una mochila. Y el que no tenga espada, venda su manto y compre una." Esta declaración, proveniente del Príncipe de Paz, ha desconcertado a muchos lectores y teólogos por igual. Para entender lo que Jesús quiso decir, debemos considerar el contexto, la narrativa más amplia de los Evangelios y el lenguaje simbólico que Jesús empleaba a menudo.

En primer lugar, es esencial examinar el contexto inmediato de este versículo. Jesús está hablando con sus discípulos durante la Última Cena, un momento de gran importancia y solemnidad. Los está preparando para los desafíos inminentes que enfrentarán después de su arresto, crucifixión y eventual partida. Hasta este punto, Jesús había enviado a sus discípulos sin dinero, mochila ni sandalias, y no les faltó nada (Lucas 22:35). Sin embargo, la situación está a punto de cambiar drásticamente. Jesús está a punto de ser traicionado, y los discípulos enfrentarán hostilidad y persecución.

La instrucción de comprar una espada parece contradictoria a las enseñanzas de Jesús sobre la no violencia y el amor a los enemigos (Mateo 5:38-48). Para reconciliar esto, debemos considerar que Jesús a menudo usaba un lenguaje metafórico para transmitir verdades espirituales más profundas. La espada, en este contexto, puede no referirse necesariamente a un arma literal, sino más bien simbolizar la necesidad de que los discípulos estén preparados para desafíos espirituales y físicos.

En Efesios 6:17, el apóstol Pablo se refiere a la "espada del Espíritu, que es la palabra de Dios." Este uso metafórico de la espada sugiere que Jesús podría estar enfatizando la importancia de estar espiritualmente equipados con la Palabra de Dios y listos para enfrentar las pruebas que se avecinan. Los discípulos necesitarían estar vigilantes, sabios y fuertes en su fe para navegar los tiempos turbulentos después de la partida de Jesús.

Además, cuando Jesús es arrestado en el Jardín de Getsemaní, Pedro usa una espada para cortar la oreja del siervo del sumo sacerdote. Jesús inmediatamente reprende a Pedro, diciendo: "Vuelve tu espada a su lugar. Porque todos los que tomen la espada, a espada perecerán" (Mateo 26:52). Este incidente subraya aún más que Jesús no tenía la intención de que sus seguidores se involucraran en violencia física. En cambio, aboga por un tipo diferente de preparación, una que dependa de la fe, la sabiduría y la guía del Espíritu Santo.

La instrucción de vender el manto y comprar una espada también puede entenderse a la luz del cumplimiento profético y la realidad de la nueva misión de los discípulos. La referencia de Jesús al manto, una prenda vital para la protección contra los elementos, indica la gravedad de la situación. El manto, que representa comodidad y seguridad, debe ser sacrificado por el bien de la preparación y la vigilancia. Los discípulos están pasando de un período de relativa seguridad a uno de peligro inminente y urgencia impulsada por la misión.

Además, la narrativa más amplia de los Evangelios revela que el reino de Jesús no es de este mundo (Juan 18:36). Su misión era establecer un reino espiritual, y sus seguidores están llamados a vivir de acuerdo con los principios de ese reino. Los primeros cristianos, incluidos los apóstoles, enfrentaron persecución y martirio, no empuñando espadas físicas, sino manteniéndose firmes en su fe y proclamando el Evangelio con valentía y amor.

La historia de la Iglesia y la literatura cristiana también proporcionan ideas sobre la interpretación de este pasaje. Los Padres de la Iglesia primitiva, como Orígenes y Tertuliano, entendieron la "espada" de manera metafórica, enfatizando la batalla espiritual que los cristianos deben librar. Orígenes, en su comentario sobre el Evangelio de Mateo, argumenta que la espada representa la Palabra de Dios, que es más cortante que cualquier espada de dos filos (Hebreos 4:12). Tertuliano, en su obra "Sobre la idolatría," destaca la naturaleza no violenta de las enseñanzas de Cristo y el llamado a los cristianos a soportar el sufrimiento por el bien del Evangelio.

Además, la aplicación práctica de este pasaje para los cristianos contemporáneos implica reconocer la necesidad de preparación espiritual. Así como los discípulos fueron llamados a estar listos para los desafíos que se avecinaban, los creyentes de hoy deben estar equipados con el conocimiento de la Palabra de Dios, el empoderamiento del Espíritu Santo y el apoyo de la comunidad cristiana. La "espada" que empuñamos no es una de violencia, sino de verdad, amor y el poder transformador del Evangelio.

En conclusión, la instrucción de Jesús de vender un manto y comprar una espada en Lucas 22:36 es un llamado a sus discípulos a estar preparados para las pruebas y desafíos inminentes. Esta preparación no se trata de violencia física, sino de preparación espiritual y vigilancia. Al entender el lenguaje simbólico utilizado por Jesús, la narrativa más amplia de los Evangelios y las enseñanzas de la Iglesia primitiva, podemos discernir que la verdadera "espada" es la Palabra de Dios y la fe que sostiene y empodera a los creyentes frente a la adversidad.

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