Orar por alguien que no cree en Jesús es un acto profundamente compasivo y espiritualmente enriquecedor. Refleja el corazón de Cristo, quien vino a buscar y salvar a los perdidos (Lucas 19:10). Como pastor cristiano no denominacional, creo que la oración es una herramienta poderosa que puede cerrar la brecha entre la creencia y la incredulidad. Es un acto de amor, intercesión y fe en el poder transformador de Dios.
Cuando ores por alguien que no cree en Jesús, es esencial acercarte a Dios con un corazón lleno de amor, humildad y esperanza. Aquí hay algunos principios y pensamientos orientadores a considerar:
Primero y ante todo, deja que tus oraciones sean motivadas por un amor genuino y compasión por la persona. Jesús nos enseñó a amar a nuestros vecinos como a nosotros mismos (Mateo 22:39). Cuando ores, pide a Dios que llene tu corazón con Su amor por la persona por la que estás orando. Este amor impulsará tus oraciones y asegurará que sean sinceras y sentidas.
Es crucial alinear tus oraciones con la voluntad de Dios. En 1 Timoteo 2:3-4, Pablo escribe: "Esto es bueno y agradable a los ojos de Dios nuestro Salvador, quien desea que todos los hombres sean salvos y lleguen al conocimiento de la verdad." Dios desea la salvación de todas las personas, incluidas aquellas que actualmente no creen en Jesús. Ora para que la voluntad de Dios se cumpla en su vida y que Él los atraiga hacia Sí mismo.
Pide a Dios que ablande su corazón y abra su mente para recibir Su verdad. En Ezequiel 36:26, Dios promete: "Y os daré un corazón nuevo, y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros. Y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne." Ora para que Dios elimine cualquier barrera que les impida ver la verdad del Evangelio y que les dé un corazón receptivo.
Ora por oportunidades para ti y otros de compartir el amor de Cristo con ellos. Colosenses 4:3 dice: "Al mismo tiempo, orad también por nosotros, para que Dios nos abra una puerta para la palabra, para declarar el misterio de Cristo." Pide a Dios que cree situaciones donde el Evangelio pueda ser compartido de manera natural y efectiva. Ora por sabiduría y valentía para hablar la verdad con amor cuando surjan esas oportunidades.
Reconoce que la incredulidad a menudo está influenciada por fuerzas espirituales que se oponen a Dios. Efesios 6:12 nos recuerda: "Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes." Ora por protección contra estas fuerzas espirituales y que Dios rompa cualquier fortaleza que los mantenga en la incredulidad.
Ora para que Dios obre en su vida de maneras que revelen Su presencia y poder. A veces, las experiencias personales de la bondad, fidelidad y amor de Dios pueden abrir el corazón de una persona al Evangelio. Ora para que Dios los bendiga, los guíe y provea para sus necesidades de maneras que hagan Su presencia innegable.
Incorporar las Escrituras en tus oraciones puede ser poderoso. La Palabra de Dios es viva y eficaz (Hebreos 4:12), y orar con las Escrituras alinea tus oraciones con las promesas y la verdad de Dios. Aquí hay algunas Escrituras que podrías usar:
Jesús enseñó sobre la importancia de la oración persistente en la parábola de la viuda persistente (Lucas 18:1-8). No te desanimes si no ves resultados inmediatos. Sigue orando fielmente y confía en que Dios está obrando incluso cuando no puedas verlo.
El tiempo de Dios es perfecto, y Él a menudo obra de maneras que no podemos entender. Eclesiastés 3:11 dice: "Todo lo hizo hermoso en su tiempo." Confía en que Dios sabe el mejor momento y la mejor manera de alcanzar a la persona por la que estás orando. Sé paciente y continúa orando, sabiendo que Dios es soberano y Sus planes son para el bien de los que lo aman (Romanos 8:28).
Orar por la salvación de alguien puede ser emocional y espiritualmente agotador. Es importante también orar por ti mismo. Pide a Dios que fortalezca tu fe, te dé sabiduría y te llene con Su paz. Ora para que el Espíritu Santo te guíe en cómo orar e interactuar con la persona por la que estás orando.
Aquí hay una oración de muestra que incorpora estos principios:
"Querido Padre Celestial, vengo ante Ti con un corazón lleno de amor y compasión por [Nombre]. Te agradezco por crearlos y por la persona única que son. Señor, sé que deseas que todos los hombres sean salvos y lleguen al conocimiento de la verdad, y oro para que atraigas a [Nombre] hacia Ti.
Padre, te pido que ablandes su corazón y abras su mente para recibir Tu verdad. Elimina cualquier barrera que les impida ver la belleza y la verdad del Evangelio. Dales un corazón de carne y quita cualquier corazón de piedra.
Señor, oro por oportunidades para compartir Tu amor con [Nombre]. Abre puertas para conversaciones sobre la fe y dame la sabiduría y valentía para hablar la verdad con amor. También oro para que envíes a otros creyentes a su vida para ser testigos de Tu amor y gracia.
Reconozco que hay fuerzas espirituales que se oponen a Tu verdad, y oro por protección para [Nombre]. Rompe cualquier fortaleza de incredulidad y revela Tu poder y presencia en su vida.
Padre, te pido que obres en la vida de [Nombre] de maneras que revelen Tu bondad y fidelidad. Bendícelos, guíalos y provee para sus necesidades de maneras que hagan Tu presencia innegable.
Oro Tu Palabra sobre [Nombre] y declaro Tus promesas: 'Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna' (Juan 3:16). 'Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa' (Hechos 16:31).
Señor, me comprometo a orar persistentemente por [Nombre], confiando en Tu tiempo perfecto y plan soberano. Fortalece mi fe, dame sabiduría y lléname con Tu paz. Guíame por Tu Espíritu Santo en cómo orar e interactuar con [Nombre].
Gracias, Padre, por escuchar mi oración. Confío en que estás obrando incluso cuando no puedo verlo. En el nombre de Jesús, oro. Amén."
Orar por alguien que no cree en Jesús es una hermosa expresión de fe y amor. Requiere paciencia, persistencia y confianza en el plan soberano de Dios. Recuerda que el amor de Dios por ellos es aún mayor que el tuyo, y Él siempre está obrando para atraer a las personas hacia Sí mismo. Sigue orando, sigue amando y confía en que Dios se moverá en Su tiempo perfecto.