Al considerar por qué orar para cumplir con las expectativas de Dios, es esencial reconocer que las expectativas de Dios para nosotros están profundamente arraigadas en Su deseo de tener una relación con nosotros y que vivamos vidas que reflejen Su amor, misericordia y justicia. Como pastor cristiano no denominacional, creo que nuestras oraciones deben alinearse con estas aspiraciones divinas, buscando entender y abrazar Su voluntad para nuestras vidas.
En primer lugar, es crucial orar por un corazón que busque conocer a Dios íntimamente. La Biblia enfatiza la importancia de conocer a Dios y entender Su carácter. En Jeremías 9:23-24, está escrito: "Así dice el Señor: 'No se gloríe el sabio en su sabiduría, ni se gloríe el poderoso en su poder, ni se gloríe el rico en sus riquezas; pero el que se gloríe, gloríese en esto: en que me entiende y me conoce, que yo soy el Señor, que ejerzo la bondad, el juicio y la justicia en la tierra. Porque en estas cosas me deleito', dice el Señor." Este pasaje destaca que el deleite de Dios está en nuestro entendimiento y conocimiento de Él. Por lo tanto, una oración fundamental debe ser por una relación más profunda con Dios, pidiéndole que se revele más plenamente a ti y que te ayude a crecer en tu comprensión de Su naturaleza y voluntad.
Además de buscar conocer a Dios, es vital orar por un corazón que desee hacer Su voluntad. Jesús mismo modeló esto en el Jardín de Getsemaní cuando oró: "No se haga mi voluntad, sino la tuya" (Lucas 22:42). Esta sumisión a la voluntad de Dios es un aspecto crucial para cumplir con Sus expectativas. Orar por la capacidad de discernir Su voluntad y la fortaleza para seguirla, incluso cuando es difícil, es esencial. Romanos 12:2 anima a los creyentes a "ser transformados mediante la renovación de su mente, para que puedan comprobar cuál es la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios." Pídele a Dios que renueve tu mente y transforme tu corazón para que puedas entender y abrazar Su voluntad para tu vida.
Otro aspecto importante para cumplir con las expectativas de Dios es orar por un corazón de amor y compasión. Jesús resumió los mayores mandamientos como amar a Dios con todo tu corazón, alma y mente y amar a tu prójimo como a ti mismo (Mateo 22:37-39). El amor es el cumplimiento de la ley (Romanos 13:10), y es a través del amor que reflejamos el carácter de Dios al mundo. Ora para que Dios llene tu corazón con Su amor, permitiéndote amarlo de todo corazón y amar a los demás desinteresadamente. Pídele que te ayude a ver a las personas a través de Sus ojos y a responder a sus necesidades con compasión y amabilidad.
Además, ora por sabiduría y guía en tu vida diaria. Santiago 1:5 nos asegura que si nos falta sabiduría, debemos pedírsela a Dios, quien da generosamente a todos sin reproche. La sabiduría es esencial para tomar decisiones que se alineen con las expectativas de Dios. Salomón, conocido por su sabiduría, oró por un corazón comprensivo para discernir entre el bien y el mal (1 Reyes 3:9). De manera similar, debemos buscar la sabiduría de Dios en nuestras oraciones, pidiéndole que guíe nuestros pasos y nos ayude a tomar decisiones que lo honren.
También es importante orar por un espíritu de humildad y obediencia. Miqueas 6:8 resume las expectativas de Dios de manera sucinta: "Él te ha mostrado, oh hombre, lo que es bueno; y ¿qué pide el Señor de ti sino que hagas justicia, ames la misericordia y camines humildemente con tu Dios?" La humildad es una virtud clave en la vida cristiana, ya que reconoce nuestra dependencia de Dios y nuestra necesidad de Su gracia. Ora por un corazón humilde que esté dispuesto a someterse a la autoridad de Dios y a obedecer Sus mandamientos. Pídele a Dios que te ayude a actuar con justicia, amar la misericordia y caminar humildemente con Él.
Además, ora por el valor y la audacia para compartir el evangelio y ser un testigo de Cristo. Jesús comisionó a Sus seguidores a ir y hacer discípulos de todas las naciones (Mateo 28:19-20). Como creyentes, estamos llamados a ser embajadores de Cristo (2 Corintios 5:20), compartiendo las buenas nuevas de salvación con los demás. Ora por oportunidades para compartir tu fe y por el valor para hablar la verdad con amor. Pídele a Dios que te empodere con Su Espíritu, permitiéndote ser un testigo fiel de Su gracia y verdad.
Además, es esencial orar para que el fruto del Espíritu sea evidente en tu vida. Gálatas 5:22-23 enumera el fruto del Espíritu como amor, gozo, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio. Estas cualidades reflejan el carácter de Cristo y son evidencia del trabajo del Espíritu Santo en nuestras vidas. Ora para que el Espíritu Santo cultive estas virtudes en ti, ayudándote a vivir una vida que sea agradable a Dios y que refleje Su naturaleza a los que te rodean.
Por último, ora por perseverancia y resistencia en tu camino de fe. La vida cristiana a menudo se describe como una carrera (Hebreos 12:1), y requiere perseverancia para correrla bien. Ora por la fortaleza para soportar pruebas y desafíos, confiando en que Dios está contigo y que Él proveerá la gracia que necesitas para perseverar. Filipenses 4:13 nos recuerda que podemos hacer todas las cosas a través de Cristo que nos fortalece. Pídele a Dios que fortalezca tu fe y te ayude a mantenerte firme en tu compromiso con Él.
En resumen, para cumplir con las expectativas de Dios, tus oraciones deben abarcar el deseo de conocer a Dios íntimamente, hacer Su voluntad, amar a los demás, buscar sabiduría, caminar en humildad y obediencia, compartir el evangelio, llevar el fruto del Espíritu y perseverar en tu fe. A medida que oras por estas cosas, confía en que Dios escucha tus oraciones y que Él es fiel para obrar en tu vida de acuerdo con Su perfecta voluntad. Recuerda la promesa de 1 Juan 5:14-15: "Y esta es la confianza que tenemos en Él, que si pedimos algo según Su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que Él nos oye, cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hemos hecho."
Que tus oraciones sean un reflejo del deseo de tu corazón de cumplir con las expectativas de Dios, y que experimentes el gozo y la paz que provienen de caminar en Su voluntad.