Participar en deportes de combate como el boxeo o las artes marciales mixtas (MMA) es un tema que puede evocar una variedad de opiniones entre los cristianos. Para abordar esta cuestión de manera reflexiva, es esencial explorar varios principios y enseñanzas bíblicas que pueden aplicarse a este problema moderno. Aunque la Biblia no menciona explícitamente los deportes de combate, proporciona una amplia orientación sobre temas relacionados como la violencia, el cuidado del cuerpo y la búsqueda de la paz.
En primer lugar, es importante considerar la perspectiva bíblica sobre la violencia. A lo largo de las Escrituras, hay numerosos pasajes que hablan en contra de la violencia y promueven la paz. Por ejemplo, Jesús enseña en el Sermón del Monte: "Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios" (Mateo 5:9, ESV). Esta bienaventuranza destaca el valor que se otorga a aquellos que se esfuerzan por la paz en lugar del conflicto. Además, Jesús instruye a sus seguidores a poner la otra mejilla cuando son golpeados (Mateo 5:39), enfatizando una respuesta no violenta a la agresión.
El apóstol Pablo también exhorta a los creyentes a vivir en paz con los demás: "Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos" (Romanos 12:18, ESV). Este llamado a buscar la paz es un tema recurrente en el Nuevo Testamento y refleja el carácter de Cristo, quien es descrito como el "Príncipe de Paz" (Isaías 9:6). Participar en deportes de combate, que inherentemente implican agresión física y violencia, puede parecer en desacuerdo con estas enseñanzas que abogan por la paz y la no violencia.
Además, la Biblia habla sobre el cuidado de nuestros cuerpos. El apóstol Pablo recuerda a los creyentes que sus cuerpos son templos del Espíritu Santo: "¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo" (1 Corintios 6:19-20, ESV). Este pasaje subraya la importancia de cuidar nuestro bienestar físico y honrar a Dios con nuestros cuerpos. Los deportes de combate, que pueden resultar en daños físicos significativos, pueden plantear preocupaciones sobre si los participantes están cuidando adecuadamente sus cuerpos.
Sin embargo, también es crucial reconocer que la aptitud física y la disciplina son valoradas en las Escrituras. Pablo usa metáforas atléticas para describir la vida cristiana, como en 1 Corintios 9:24-27: "¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a la aventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo predicado a otros, yo mismo venga a ser eliminado" (ESV). Aquí, Pablo reconoce el valor de la disciplina y el autocontrol, cualidades que son integrales a los deportes de combate.
Además, el contexto y la intención detrás de participar en deportes de combate pueden influir significativamente en si se alinean con los principios bíblicos. Para algunos, participar en estos deportes puede ser una forma de desarrollar disciplina, resiliencia y aptitud física. Para otros, puede ser un medio de proveer para sus familias o alcanzar metas personales. Las motivaciones y actitudes de los participantes juegan un papel crucial en determinar si su participación en deportes de combate es consistente con su fe.
También vale la pena considerar el impacto de los deportes de combate en el carácter y la vida espiritual de uno. La Biblia anima a los creyentes a exhibir el fruto del Espíritu, que incluye amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio (Gálatas 5:22-23, ESV). Si participar en deportes de combate fomenta cualidades contrarias a estas virtudes, como la agresión, el orgullo o el deseo de venganza, puede ser prudente reevaluar la participación.
Además, se debe tener en cuenta la influencia de los deportes de combate en los demás. Pablo aconseja a los creyentes que sean conscientes de sus acciones y cómo afectan a los demás: "Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación" (Romanos 14:19, NIV). Si la participación en deportes de combate hace que otros tropiecen o lleva a la división dentro de la comunidad cristiana, puede ser prudente considerar actividades alternativas que promuevan la unidad y la edificación.
La literatura cristiana también ofrece ideas que pueden informar esta discusión. Por ejemplo, C.S. Lewis, en su libro "El peso de la gloria", explora el concepto de gloria y el deseo humano de reconocimiento y logro. Aunque no aborda específicamente los deportes de combate, sus reflexiones sobre la búsqueda de la gloria y la importancia de alinear nuestros deseos con la voluntad de Dios pueden proporcionar una perspectiva valiosa. Él escribe: "La carga, o peso, o carga de la gloria de mi prójimo debe ser puesta diariamente sobre mi espalda, una carga tan pesada que solo la humildad puede llevarla, y las espaldas de los orgullosos se romperán" (Lewis, 1949). Esta cita destaca la importancia de la humildad y de considerar el bienestar de los demás en nuestras búsquedas.
En última instancia, la decisión de participar en deportes de combate es personal y requiere una consideración cuidadosa de los principios bíblicos, las motivaciones y el impacto potencial en uno mismo y en los demás. Es esencial buscar la guía de Dios a través de la oración y el consejo de creyentes maduros. Santiago 1:5 anima a los creyentes a buscar sabiduría de Dios: "Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada" (NKJV). Al buscar la sabiduría de Dios y alinear nuestras acciones con Su voluntad, podemos navegar las complejidades de este tema con discernimiento y gracia.
En conclusión, aunque la Biblia no proporciona una respuesta directa a la cuestión de participar en deportes de combate, ofrece principios que pueden guiar a los creyentes a tomar decisiones informadas y reflexivas. El énfasis en la paz, el cuidado del cuerpo, la disciplina y el impacto en los demás son factores críticos a considerar. Como seguidores de Cristo, es nuestra responsabilidad reflejar Su carácter en todos los aspectos de nuestras vidas, incluidas nuestras actividades recreativas. Al hacerlo, podemos honrar a Dios y ser una influencia positiva en el mundo que nos rodea.