¿Qué dice la Biblia sobre tocar a otros en una relación?

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Al explorar lo que la Biblia dice sobre tocar a otros en una relación, es esencial abordar el tema con un corazón sintonizado con la sabiduría y la guía de Dios. La Biblia proporciona profundos conocimientos sobre las relaciones humanas, enfatizando el amor, el respeto y la pureza. Para entender la perspectiva bíblica sobre el contacto físico dentro de las relaciones, debemos profundizar en las escrituras y considerar el contexto más amplio de la ética y la moralidad cristianas.

En primer lugar, la Biblia habla extensamente sobre la santidad del cuerpo y la importancia de mantener la pureza. En 1 Corintios 6:19-20, el apóstol Pablo escribe: "¿No saben que sus cuerpos son templos del Espíritu Santo, que está en ustedes, y que han recibido de Dios? Ustedes no son sus propios dueños; fueron comprados por un precio. Por lo tanto, honren a Dios con sus cuerpos." Este pasaje subraya la idea de que nuestros cuerpos son sagrados y deben ser tratados con el máximo respeto. El contacto físico en una relación, por lo tanto, debe reflejar esta reverencia y honor.

En el contexto de las relaciones románticas, la Biblia anima a los creyentes a buscar la pureza y evitar la inmoralidad sexual. 1 Tesalonicenses 4:3-5 dice: "La voluntad de Dios es que sean santificados: que eviten la inmoralidad sexual; que cada uno de ustedes aprenda a controlar su propio cuerpo de una manera santa y honorable, no con pasión y lujuria como los paganos, que no conocen a Dios." Esta exhortación llama al autocontrol y la santidad, sugiriendo que el contacto físico debe ser abordado con precaución e intencionalidad.

El Cantar de los Cantares, un libro poético que celebra el amor y el matrimonio, proporciona una hermosa representación del afecto físico dentro de los límites de una relación matrimonial comprometida. En Cantar de los Cantares 2:6, la amada dice: "Su mano izquierda está bajo mi cabeza, y su mano derecha me abraza." Esta imagen retrata un toque tierno y amoroso, pero es importante notar que ocurre dentro del contexto del matrimonio. Las expresiones apasionadas de amor en este libro se celebran dentro del pacto matrimonial, destacando el contexto apropiado para tal intimidad.

Las enseñanzas de Jesús también enfatizan la importancia de la pureza y la santidad del matrimonio. En Mateo 5:27-28, Jesús dice: "Ustedes han oído que se dijo: 'No cometas adulterio.' Pero yo les digo que cualquiera que mira a una mujer con lujuria ya ha cometido adulterio con ella en su corazón." Jesús extiende el mandamiento contra el adulterio para incluir incluso los pensamientos lujuriosos, indicando que la pureza comienza en el corazón y la mente. Este principio puede aplicarse al contacto físico en las relaciones; debe ser guiado por intenciones puras y un deseo de honrar a Dios y al otro.

Además, la Biblia llama a los creyentes a amarse unos a otros con un amor desinteresado y semejante al de Cristo. En 1 Corintios 13:4-7, a menudo referido como el "Capítulo del Amor," Pablo describe la naturaleza del verdadero amor: "El amor es paciente, es bondadoso. No envidia, no presume, no se envanece. No deshonra a los demás, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta." Este pasaje proporciona un marco para cómo debemos tratar a los demás en una relación, incluyendo cómo abordamos el contacto físico. El amor que es paciente, bondadoso y no egoísta respetará naturalmente los límites y buscará el bienestar de la otra persona.

En términos prácticos, esto significa que el contacto físico en una relación debe ser consensuado, respetuoso y apropiado para el nivel de compromiso. Para aquellos que están saliendo o cortejando, es prudente establecer límites que honren a Dios y protejan a ambos individuos de la tentación. Esto podría incluir evitar situaciones que puedan llevar a la inmoralidad sexual y ser conscientes del impacto del contacto físico en los pensamientos y emociones de uno.

La literatura cristiana también ofrece valiosos conocimientos sobre este tema. En su libro "El significado del matrimonio," Timothy Keller enfatiza la importancia de entender el propósito de la intimidad física dentro del contexto de una relación comprometida y de pacto. Keller escribe: "El sexo es la manera designada por Dios para que dos personas se digan recíprocamente: 'Te pertenezco completamente, permanentemente y exclusivamente.'" Esta perspectiva se alinea con la visión bíblica de que el contacto físico y la intimidad sexual están diseñados para ser expresiones de un compromiso profundo y de por vida, idealmente dentro del matrimonio.

Además, el concepto de "huir de la inmoralidad sexual" se reitera en varias partes del Nuevo Testamento. En 1 Corintios 6:18, Pablo aconseja: "Huyan de la inmoralidad sexual. Todos los demás pecados que una persona comete están fuera del cuerpo, pero el que peca sexualmente, peca contra su propio cuerpo." Esta fuerte advertencia sugiere que los creyentes deben evitar activamente situaciones y comportamientos que puedan llevar al pecado sexual, incluyendo el contacto físico inapropiado.

También es importante reconocer que el contacto físico puede ser una expresión significativa de amor y cuidado en relaciones no románticas. Jesús mismo demostró el poder del toque en su ministerio. Sanó a los enfermos, consoló a los afligidos e incluso acogió a los niños con los brazos abiertos. En Marcos 10:13-16, leemos sobre Jesús bendiciendo a los niños: "La gente llevaba niños pequeños a Jesús para que los tocara, pero los discípulos los reprendían. Cuando Jesús vio esto, se indignó. Les dijo: 'Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de Dios pertenece a los que son como estos. Les aseguro que cualquiera que no reciba el reino de Dios como un niño, nunca entrará en él.' Y tomó a los niños en sus brazos, puso sus manos sobre ellos y los bendijo." Este pasaje ilustra la naturaleza compasiva y sanadora del toque de Jesús, que puede servir como un modelo para cómo interactuamos con los demás.

En resumen, la Biblia proporciona principios claros para el contacto físico en las relaciones, enfatizando la pureza, el respeto y el amor. Nuestros cuerpos son templos del Espíritu Santo, y estamos llamados a honrar a Dios con nuestros cuerpos. El contacto físico debe ser abordado con precaución, autocontrol y un corazón que busque honrar a Dios y a la otra persona. Dentro del contexto del matrimonio, la intimidad física se celebra como una hermosa expresión de amor y compromiso. Para aquellos que están saliendo o cortejando, establecer límites y buscar mantener la pureza es crucial. En última instancia, nuestras acciones deben reflejar el amor desinteresado y semejante al de Cristo que la Biblia nos llama a encarnar en todas nuestras relaciones.

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