Vivir con fe a menudo implica equilibrar las lecciones del pasado con la esperanza y la promesa del futuro. Aunque la Biblia reconoce la importancia de recordar la fidelidad pasada de Dios, también alienta fuertemente a los creyentes a enfocarse en el futuro, avanzando en su viaje espiritual. Varias escrituras proporcionan orientación sobre este asunto, instando a los cristianos a mantener una perspectiva orientada hacia el futuro que esté arraigada en la fe y la confianza en el plan de Dios.
Uno de los pasajes más profundos que alienta a enfocarse en el futuro en lugar de quedarse en el pasado se encuentra en el libro de Filipenses. El apóstol Pablo escribe en Filipenses 3:13-14 (NVI):
"Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está adelante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús."
En este pasaje, Pablo enfatiza la importancia de olvidar lo que queda atrás y esforzarse por alcanzar lo que está adelante. Su uso de la palabra "esforzarse" sugiere un esfuerzo deliberado e intenso para enfocarse en el futuro. Pablo entendía que quedarse en los fracasos pasados o incluso en los éxitos pasados podría obstaculizar el progreso en la fe cristiana. En cambio, alienta a los creyentes a mantener sus ojos en el premio final, que es el llamamiento celestial en Cristo Jesús.
De manera similar, el profeta Isaías ofrece un poderoso recordatorio de la capacidad de Dios para hacer cosas nuevas en la vida de Su pueblo. Isaías 43:18-19 (NVI) declara:
"Olviden las cosas de antaño; ya no vivan en el pasado. ¡Voy a hacer algo nuevo! Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta? Estoy abriendo un camino en el desierto y ríos en lugares desolados."
A través de Isaías, Dios insta a Su pueblo a olvidar las cosas de antaño y no vivir en el pasado. Él promete hacer algo nuevo y transformador, incluso en las circunstancias más desoladas. Este pasaje asegura a los creyentes que Dios siempre está obrando, creando nuevas oportunidades y caminos, independientemente de las experiencias pasadas.
El Nuevo Testamento también proporciona ideas adicionales sobre la importancia de enfocarse en el futuro. En Hebreos 12:1-2 (NVI), el escritor exhorta a los creyentes a correr con perseverancia la carrera que tienen por delante:
"Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien, por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios."
Este pasaje anima a los cristianos a dejar de lado cualquier obstáculo y a correr su carrera con perseverancia, manteniendo su enfoque en Jesús. Al fijar sus ojos en Jesús, los creyentes pueden navegar los desafíos de la vida con esperanza y determinación, sabiendo que Él ya ha allanado el camino para su victoria final.
Además, las enseñanzas del propio Jesús enfatizan la importancia de mirar hacia adelante y confiar en la provisión de Dios para el futuro. En Mateo 6:34 (NVI), Jesús instruye:
"Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas."
Aunque este versículo aborda específicamente la ansiedad sobre el futuro, también implica una confianza orientada hacia el futuro en la provisión diaria de Dios. Jesús anima a Sus seguidores a vivir en el presente con fe, confiando en que Dios cuidará de sus necesidades futuras.
Además de estas referencias bíblicas, la literatura y las enseñanzas cristianas han resonado durante mucho tiempo en la importancia de enfocarse en el futuro. C.S. Lewis, en su libro "Mero Cristianismo", discute el concepto de esperanza como una virtud vital para los cristianos. Él escribe:
"La esperanza es una de las virtudes teológicas. Esto significa que una mirada continua hacia el mundo eterno no es (como algunas personas modernas piensan) una forma de escapismo o pensamiento ilusorio, sino una de las cosas que un cristiano debe hacer. No significa que debamos dejar el mundo presente tal como está. Si lees la historia, encontrarás que los cristianos que más hicieron por el mundo presente fueron precisamente aquellos que pensaron más en el próximo."
Lewis subraya la idea de que una perspectiva orientada hacia el futuro no solo es esencial para el crecimiento espiritual, sino también para tener un impacto positivo en el mundo presente. Al enfocarse en el futuro y en las promesas eternas de Dios, los cristianos están motivados a vivir su fe de manera significativa y transformadora.
Además, el apóstol Pedro ofrece aliento a los creyentes que enfrentan pruebas y sufrimientos. En 1 Pedro 1:3-4 (NVI), él escribe:
"¡Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo, para que tengamos una esperanza viva y recibamos una herencia indestructible, incontaminada e inmarchitable. Tal herencia está reservada en el cielo para ustedes."
Pedro recuerda a los cristianos la esperanza viva que tienen a través de la resurrección de Jesucristo. Esta esperanza está anclada en una herencia imperecedera que les espera en el cielo. Al enfocarse en esta herencia futura, los creyentes pueden soportar las dificultades presentes con un sentido de propósito y expectativa.
La Biblia también proporciona consejos prácticos sobre cómo cultivar una mentalidad orientada hacia el futuro. En Proverbios 4:25-27 (NVI), está escrito:
"Pon la mirada en lo que tienes delante; fija la vista en lo que está frente a ti. Endereza las sendas por donde andas; allana todos tus caminos. No te desvíes ni a diestra ni a siniestra; apártate de la maldad."
Estos versículos animan a los creyentes a mantener una visión clara y enfocada, siendo conscientes de sus acciones y decisiones. Al mantener su mirada fija hacia adelante, los cristianos pueden evitar distracciones y permanecer en el camino que conduce al crecimiento y la realización espiritual.
En conclusión, la Biblia ofrece abundante aliento para que los creyentes se enfoquen en el futuro en lugar de quedarse en el pasado. A través de las enseñanzas de Pablo, Isaías, Jesús y otras figuras bíblicas, los cristianos son recordados de la importancia de mirar hacia adelante con esperanza y fe. Al fijar sus ojos en Jesús, confiar en la provisión de Dios y abrazar la promesa de un futuro nuevo y eterno, los creyentes pueden navegar los desafíos de la vida con confianza y perseverancia. Esta perspectiva orientada hacia el futuro no solo enriquece su viaje espiritual, sino que también les capacita para tener un impacto positivo en el mundo presente.