Juan 11:3-7 dice lo siguiente:
"Entonces las hermanas enviaron un mensaje a Jesús: 'Señor, el que amas está enfermo.' Cuando Jesús oyó esto, dijo: 'Esta enfermedad no terminará en muerte. No, es para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por medio de ella.' Ahora bien, Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Así que cuando oyó que Lázaro estaba enfermo, se quedó donde estaba dos días más, y luego dijo a sus discípulos: 'Volvamos a Judea.'"
Para entender lo que este pasaje podría significar en el contexto de una relación romántica, primero necesitamos profundizar en la narrativa y el significado teológico de estos versículos. Juan 11 relata la historia de Lázaro, un amigo cercano de Jesús, que cayó gravemente enfermo. Sus hermanas, María y Marta, enviaron un mensaje a Jesús, esperando que Él viniera rápidamente a sanar a Lázaro. Sin embargo, Jesús hizo algo inesperado: retrasó su partida por dos días a pesar de su profundo amor por Lázaro y sus hermanas.
A primera vista, esto puede parecer desconcertante, incluso preocupante. ¿Por qué Jesús, que tenía el poder de sanar y que amaba a Lázaro, eligió esperar? La respuesta radica en entender la perspectiva de Jesús sobre el amor, el tiempo y el propósito. El retraso de Jesús fue intencional y con un propósito. Él sabía que la enfermedad y la posterior muerte de Lázaro servirían en última instancia a un propósito mayor: glorificar a Dios y revelar a Jesús como el Hijo de Dios que tiene poder sobre la vida y la muerte.
En el contexto de una relación romántica, este pasaje puede ofrecer profundas ideas sobre el amor, la paciencia, la confianza y el tiempo divino. Vamos a explorar estos temas en detalle.
Uno de los aspectos más destacados de este pasaje es el profundo amor que Jesús tenía por Lázaro y sus hermanas. A pesar de este amor, Jesús no se apresuró inmediatamente al lado de Lázaro. Esto nos enseña que el verdadero amor no siempre se trata de gratificación inmediata o soluciones rápidas. En una relación romántica, el amor a menudo requiere confianza en las decisiones y acciones del otro, incluso cuando no se entienden de inmediato.
Cuando Jesús dijo: "Esta enfermedad no terminará en muerte," estaba pidiendo a María y Marta que confiaran en Él, a pesar de las circunstancias desesperadas. De manera similar, en una relación romántica, las parejas pueden enfrentar situaciones en las que necesitan confiar en las intenciones y acciones del otro, incluso cuando las razones no son inmediatamente claras. Este tipo de confianza se construye sobre una base de amor y respeto mutuo.
La decisión de Jesús de esperar dos días más antes de ir a ver a Lázaro nos enseña sobre la importancia de la paciencia y el tiempo divino. En nuestro mundo acelerado, a menudo queremos resultados inmediatos y resoluciones rápidas. Sin embargo, el tiempo de Dios es perfecto, incluso cuando no se alinea con nuestras propias expectativas.
En una relación romántica, la paciencia es una virtud que no puede ser subestimada. Habrá momentos en los que uno de los miembros de la pareja necesitará esperar a que el otro crezca, sane o llegue a un lugar de entendimiento. Esta espera no es pasiva, sino activa y llena de oración, apoyo y aliento. Así como Jesús esperó para revelar una mayor gloria, a veces esperar en una relación puede llevar a un amor y entendimiento más profundos que glorifican a Dios.
Jesús dijo que la enfermedad de Lázaro era "para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por medio de ella." Esta declaración cambia el enfoque del problema inmediato al propósito último. En una relación romántica, es crucial recordar que nuestras vidas y nuestro amor son parte de un cuadro más grande que Dios está pintando. Nuestras luchas, desafíos e incluso nuestra espera pueden servir a un propósito mayor que no vemos de inmediato.
Cuando las parejas enfrentan dificultades, puede ser útil preguntar: "¿Cómo puede esta situación traer gloria a Dios?" Esta perspectiva puede transformar los desafíos en oportunidades para el crecimiento y una fe más profunda. También puede ayudar a las parejas a apoyarse mutuamente de maneras que reflejen el amor y el propósito de Cristo.
María y Marta comunicaron su necesidad a Jesús enviando un mensaje. Este acto de comunicación es vital en cualquier relación. La comunicación abierta, honesta y amorosa ayuda a construir confianza y entendimiento. En una relación romántica, es esencial comunicar necesidades, preocupaciones y sentimientos entre sí. Esta comunicación debe hacerse con un espíritu de amor y respeto, buscando entender en lugar de ser entendido.
La respuesta de Jesús al mensaje no fue lo que María y Marta esperaban, pero fue lo que necesitaban. De manera similar, en una relación, los miembros de la pareja pueden no siempre responder de la manera que esperamos, pero con comunicación abierta y confianza, podemos navegar estas respuestas juntos.
Finalmente, este pasaje destaca la naturaleza sacrificial del amor de Jesús. Él estaba dispuesto a enfrentar el peligro al regresar a Judea, donde su vida estaba amenazada, para estar con sus amigos en su momento de necesidad. En una relación romántica, el amor sacrificial significa poner las necesidades de la otra persona por encima de las nuestras, incluso cuando es difícil o inconveniente. Este tipo de amor refleja el amor que Cristo tiene por nosotros y es la base de una relación fuerte, saludable y que glorifica a Dios.
Juan 11:3-7, aunque no aborda directamente las relaciones románticas, ofrece profundas ideas sobre el amor, la confianza, la paciencia, el tiempo divino, el propósito, la comunicación y el amor sacrificial. Estos principios, cuando se aplican a una relación romántica, pueden ayudar a las parejas a construir un vínculo fuerte y centrado en Cristo que glorifica a Dios.
Al confiar en el tiempo de Dios, comunicarse abiertamente y amar sacrificialmente, las parejas pueden navegar los desafíos de la vida juntos, sabiendo que su amor y su relación sirven a un propósito mayor en el plan de Dios. Así como el retraso de Jesús en venir a Lázaro reveló en última instancia su gloria, los desafíos y la espera en una relación pueden revelar la profundidad del amor y la gloria de Dios de maneras que no entendemos de inmediato, pero que en última instancia nos acercarán más el uno al otro y a Él.